El CBD es la abreviatura de Cannabidiol, un cannabinoide que se encuentra en la planta del cannabis. A diferencia del THC (ingrediente del cannabis conocido por su capacidad de alterar las percepciones), el CBD no es una sustancia psicoactiva. Esto significa que no produce los efectos que comúnmente se asocian al cannabis, como la sensación de “colocón” o las experiencias sensoriales distorsionadas.
El CBD ha cobrado una especial atención del mundo científico en los últimos años debido a sus propiedades terapéuticas y medicinales. Muchos estudios han demostrado que el CBD tiene diversos beneficios para la salud y el bienestar de personas con dolor crónico, ansiedad, depresión, insomnio, epilepsia, autismo y otras muchas dolencias y trastornos.
Qué es el CBD
El CBD es un compuesto presente en el cannabis que se engloba dentro del grupo de sustancias llamadas cannabinoides. Los más de 100 cannabinoides que existen en el cannabis se dividen en dos grupos: psicoactivos y no psicoactivos.
Los cannabinoides psicoactivos son aquellos cuyo consumo afecta al sistema nervioso central, por lo que suelen utilizarse con fines recreativos por su capacidad de alterar las funciones normales del cerebro. Además, este tipo de cannabinoides generan síndrome de abstinencia al dejar de consumirse.
En cambio, los cannabinoides no psicoactivos como el CBD no producen dichos efectos, por lo que su consumo es mucho más seguro y suele estar orientado a una finalidad terapéutica o farmacológica. Concretamente, el CBD puede usarse como medicamento para tratar o aliviar los síntomas de diferentes afecciones y enfermedades, entre ellas el trastorno de ansiedad, algunos trastornos del sueño, el Parkinson, el Alzheimer, la epilepsia o la enfermedad de Crohn.
Propiedades del CBD
Se ha demostrado en diversos estudios científicos que el CBD tiene propiedades de gran utilidad a nivel médico y sanitario. Entre otros, el CBD tiene efectos antiinflamatorios, ansiolíticos, analgésicos, anticonvulsivos, antieméticos y neuroprotectores. Además, cada vez existe un mayor grado de evidencia de que el CBD puede ser útil para tratar el autismo, la depresión, la esquizofrenia, la epilepsia o el dolor crónico.
En la actualidad se están realizando muchas investigaciones y ensayos clínicos para profundizar en el conocimiento sobre las propiedades medicinales del cannabidiol. A día de hoy se consideran demostrados, con diferentes niveles de evidencia, los siguientes beneficios del CBD:
Analgésico
El potencial analgésico del CBD también ha sido estudiado y demostrado. Los efectos que el CBD produce en el sistema nervioso pueden aliviar el dolor provocado por inflamaciones, neuropatías, osteoartritis o fibromialgia. También se ha observado que el CBD puede ser efectivo en el tratamiento de la migraña.
Ansiolítico y antidepresivo
Probablemente, una de las propiedades más valoradas del CBD es su eficacia para reducir la ansiedad y tratar la depresión. Existen estudios, como el de la revista Neurotherapeutics, que confirman los potenciales beneficios del CBD para mejorar la calidad de vida de personas con este tipo de desórdenes.
Antioxidante y antiinflamatorio
Según varios estudios, el CBD tiene propiedades antiinflamatorias y antioxidantes que ayudan a regular el estrés oxidativo en diversas enfermedades y a mejorar la respuesta del sistema inmunitario a la hora de combatir patógenos y reparar tejidos.
Acción tópica e hidratante
También hay estudios que respaldan los beneficios del CBD para tratar diferentes trastornos de la piel. En concreto, la aplicación tópica del CBD puede ser eficaz para tratar eccemas, hipersensibilidad cutánea, psoriasis o acné.
Anticonvulsionante
El CBD ha demostrado ser un medicamento útil en el tratamiento de las convulsiones, tanto en pacientes adultos como en niños. Esto implica una clara mejora de la situación de las personas que sufren este tipo de síntomas a menudo, como las personas con epilepsia.
Neuroprotector
El CBD también está siendo objeto de estudio como fármaco destinado al tratamiento de trastornos neuropsiquiátricos. Según las principales investigaciones, el CBD actúa como neuroprotector y atenúa el daño cerebral provocado por las enfermedades neurodegenerativas. Esto supone una solución adicional para tratar de paliar o frenar el avance de enfermedades como el alzhéimer o el párkinson.
Anticancerígeno
Aunque la investigación científica todavía se encuentra en una fase muy temprana, los estudios realizados hasta ahora apuntan a que el CBD puede inhibir la progresión de ciertos tipos de cáncer.
Antináuseas y antiemético
También se ha demostrado la utilidad de CBD para aliviar las náuseas y los vómitos en pacientes oncológicos, tal y como refleja este estudio.
Estas son solo algunas de las propiedades que se conocen hasta el momento, pero también existen estudios que sitúan al CBD como un fármaco con muchas posibilidades para distintos propósitos. Algunos de ellos: favorecer la cicatrización, prevenir enfermedades cardiovasculares o dormir mejor.
Por este motivos, la comercialización de CBD ha experimentado un gran crecimiento en diversos formatos: aceites, flores, resinas, lociones y otros productos derivados que ayudan a mejorar la vida de los usuarios.
Beneficios del CBD
Gracias al conjunto de propiedades medicinales y farmacológicas que posee, el CBD presenta grandes ventajas para múltiples usos. Entre otras cosas, se puede usar para aliviar el dolor, reducir la ansiedad, aplacar el insomnio y tratar diferentes afecciones como la epilepsia, la artritis, el alzhéimer o el párkinson. En este artículo profundizamos en cada uno de los beneficios que el CBD tiene a nivel medicinal.
Diferencia entre CBD y THC
Es importante remarcar que el CBD es tan solo uno de los cannabinoides existentes en el cannabis. Quizá el más famoso de ellos sea el tetrahidrocannabinol (THC), el cual es el responsable de efectos como el subidón, la alteración de las sensaciones y la dependencia provocados por el consumo de cannabis. El CBD es muy diferente al THC en cuanto a los efectos que produce en los humanos, ya que no es una sustancia psicoactiva.
Lo bueno es que los productos de CBD de Mr. Weed es que tienen un porcentaje ínfimo de THC, siempre inferior al 0,2%. Este es el límite legal para poder comercializarlo. Por tanto, el CBD no afecta a las funciones cerebrales y se considera un producto totalmente seguro para su consumo.
Cómo se produce el CBD
El CBD se produce de forma natural en la planta de cannabis, por lo que todos los productos derivados de esta planta tienen CBD. Sin embargo, lo que comúnmente se entiende por CBD es cualquier producto cuyo elemento principal es el CBD y que ha sido elaborado para aprovechar sus propiedades para diversos fines.
La producción de CBD implica todo el proceso de cultivo del cannabis, desde la plantación de las semillas hasta la recolección, así como el conjunto de procesos a los que se somete la materia prima para lograr que sea apta para consumo humano. Las diferentes partes del cannabis pueden procesarse para obtener CBD en distintos formatos y con diferentes grados de pureza.
Los formatos de CBD más habituales son las flores (cogollos procedentes de cultivos especiales en los que la cantidad de THC es muy baja), el hachís (resinas obtenidas por extracción) y los aceites. Existen diferentes maneras de extraer el CBD según el método y las sustancias utilizadas. Las más conocidas son la extracción en seco (con una malla y apaleándolo), la extracción con agua y hielo, la extracción con aceite y la extracción con gases como el CO2 o el butano.
Si quieres saber más, en este artículo te contamos todo sobre los diferentes métodos de producción y extracción del CBD.El CBD se produce de forma natural en la planta de cannabis, pero también se puede sintetizar en laboratorio.
Tipos de CBD
Si atendemos a su composición química, hay tres tipos de CBD: de espectro completo, de amplio espectro y aislado. El CBD aislado es el cannabinoide puro, sin ningún otro compuesto adicional. El CBD de espectro completo contiene todos los fitoquímicos que se encuentran de forma natural en el cannabis, incluido el THC. El CBD de amplio espectro contiene todos los cannabinoides y terpenos presentes originalmente en la planta, a excepción del THC.
Desde el punto de vista del formato, el cannabidiol se presenta de varias maneras:
Hash de CBD
El hash de CBD o hachís de CBD es uno de los formatos de CBD más consumidos. Se trata de resinas moldeables elaboradas con extractos de flores de marihuana. Su apariencia es la de pequeñas piezas amasables que pueden fumarse o vaporizarse. También conocido como polen de CBD, este tipo de cannabis se obtiene mezclando ingredientes vegetales con cristales de CBD puro, por lo que en función de la composición se pueden obtener resinas con diferentes porcentajes de CBD. Es uno de los productos de CBD más buscados por los amantes del mudo cannábico.
Flores de CBD
Las flores de CBD son las flores de cáñamo (cannabis industrial). Se caracterizan por presentar una cantidad muy reducida de tetrahidrocannabinol (THC), motivo por el cual no generan intoxicaciones ni dependencia. Es un producto pensado para fumarse y es muy valorado en el mundillo del cannabis por ofrecer una experiencia gastronómica muy similar al cannabis convencional, pero evitando completamente sus efectos peligrosos o nocivos.
Aceites de CBD
Es uno de los formatos más populares actualmente debido a la facilidad de uso y al atractivo de sus propiedades medicinales. Se toman de forma oral vertiendo las gotas bajo la lengua o dosificándolas sobre los alimentos. Es el formato preferido para aquellos usuarios que lo consumen únicamente por sus beneficios para la salud, como por ejemplo las personas con neuropatías, epilepsia, párkinson, artritis reumatoide o dolor articular. Los aceites de CBD se comercializan de dos maneras: dosificadores con cuentagotas o sprays bucales.
Cremas de CBD
Las cremas de CBD son productos cosméticos elaborados con una base de CBD o que contienen CBD en un cierto porcentaje. Se suelen usar para reducir inflamaciones, tratar dolores óseos o musculares y para revertir problemas cutáneos, como los picores, la dermatitis, el acné o la psoriasis.
CBD cristalizado
El CBD cristalizado consiste en pastillas sólidas de polvo de CBD que se obtienen extrayendo el CBD del cannabis y aislándolo del resto de los cannabinoides. Por tanto, es un tipo de CBD extremadamente concentrado, alcanzando a menudo una pureza del 98%. Es un tipo de CBD muy versátil que se puede consumir mezclado con alimentos o bebidas o utilizarse para producir hachís, cremas o cosméticos.
Esencias de CBD
Las esencias de CBD consisten en un extracto líquido de CBD que se utiliza para vapear. Es habitual que posteriormente se le añadan terpenos naturales con el fin de recrear los sabores de las distintas variedades de cannabis.
Cómo tomar CBD
El CBD se puede consumir de muchas maneras. Las tres formas más conocidas y populares son las flores, las resinas y los aceites. Mientras las flores y resinas están pensadas para ser fumadas, el aceite se toma ingiriéndolo, bien sea directamente o como aderezo de las comidas. formas, incluyendo aceites, cápsulas, tinturas, comestibles y vaporizadores. La dosis máxima recomendada de CBD por día es de 150 miligramos.
Riesgos y efectos secundarios del CBD
El CBD es muy seguro, ya que no es una sustancia psicoactiva. Esto quiere decir que no coloca ni provoca sensación de retardo, y tampoco genera adicción. Por lo demás, no tiene efectos adversos graves, aunque en casos muy excepcionales puede producir náuseas, sequedad bucal, fatiga, mareos, disminución del apetito o cambios de humor. También puede interferir con otros fármacos, por lo que si te estás medicando por algún motivo, es importante que consultes con el médico si puedes tomar CBD a la vez.
¿Es legal el CBD?
En la actualidad el cannabidiol está permitido. El único requisito es que su porcentaje de THC sea inferior al 0,2%. Así lo recoge la legislación española y europea en lo referente a la producción de cáñamo industrial. Esto significa que tanto su consumo como su venta es totalmente legal siempre y cuando se cumpla esa condición. Además, los cultivos y plantas de producción de CBD deben cumplir una serie de normas para garantizar la calidad de los productos y su seguridad para la salud de las personas.